Los médicos logran un gran avance en el tratamiento del cáncer inoperable: esperanza de victoria sobre una enfermedad mortal

El estudio brindó a un niño con una forma increíblemente agresiva de cáncer la oportunidad de sobrevivir y vencer a la mortal enfermedad, abriendo una nueva etapa en la lucha contra enfermedades peligrosas.

Los científicos han conseguido lo imposible: contra todo pronóstico, han dado esperanzas de vida a un niño belga que padecía una forma agresiva de cáncer. A pesar del sombrío pronóstico de que el niño viviría menos de un año, decidieron luchar contra la enfermedad hasta el final, y en el proceso consiguieron realizar un enorme milagro médico para el pequeño, escribe IFLScience.

Un niño llamado Lucas se enfrentó a un terrible enemigo desde los primeros años de su vida: un tumor cerebral mortal conocido como glioma pontino intrínseco difuso, o DIPG por sus siglas en inglés. Este raro tipo de cáncer, que afecta sobre todo a niños, tenía mal pronóstico debido a su naturaleza agresiva y a su compleja localización en el tronco encefálico, que hacía imposible la cirugía. Por regla general, la tasa de supervivencia de los niños diagnosticados de DIPG era inferior a un año.

Pero entonces comenzó un fatídico estudio llamado BIOMEDE. En él, los científicos proponían tomar un camino diferente. En lugar del enfoque habitual de talla única, tomaron una muestra del tumor de cada paciente para conocer sus características únicas y seleccionar un tratamiento específico adecuado para este tipo de cáncer. Lucas, entre otros 233 valientes niños, participó en este estudio que, de hecho, le salvó la vida. Fue tratado con un fármaco llamado Everolimus, que se seleccionó específicamente para él, teniendo en cuenta la composición molecular de su tumor.

Hoy, Lucas es la prueba del genio humano, del ingenio y de la victoria sobre una terrible enfermedad. A los 13 años, había olvidado lo que era el cáncer, algo casi inaudito en la lucha contra la VLL. El tumor que había amenazado su vida desapareció, asombrando a médicos e investigadores. El Dr. Jacques Grill, investigador principal de BIOMEDE, afirmó que, aunque algunos de los niños del estudio vivieron años más allá de su pronóstico, Lucas fue el único cuyo tumor desapareció por completo. Este increíble resultado es nada menos que la prueba directa del potencial de la medicina personalizada, cuando el tratamiento se adapta al perfil genético de una persona.

La historia de Lucas es un faro de esperanza para quienes luchan contra el EMD y un testimonio de la incesante búsqueda científica de nuevos avances médicos, a veces aparentemente imposibles. Una rara mutación hallada en el tumor de Lucas lo hacía especialmente sensible al everolimus, lo que explica por qué algunos pacientes responden mejor a ciertos tratamientos que otros. Estos conocimientos constituyeron la base de la siguiente fase de investigación, BIOMEDE 2.0, y del desarrollo de organoides de cáncer. Estas células cultivadas en laboratorio imitan las anomalías genéticas de los tumores de los pacientes, lo que abre una nueva frontera para seguir probando y desarrollando tratamientos sin depender de la presencia de la enfermedad en humanos.

Sin embargo, como señala el Dr. Grill, puede llevar más de una década convertir un descubrimiento prometedor en un tratamiento ampliamente disponible. Un periodo de tiempo tan largo no hace sino subrayar la importancia de seguir investigando y apoyando los esfuerzos científicos para salvar millones de vidas.

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