Por primera vez en la historia, la impresión 3D en metal se lanzará al espacio
La primera impresora 3D metálica que se utilizará en el espacio se dirige a la Estación Espacial Internacional. La misión de entrega de Cygnus NG-20, que transporta una impresora de 180 kg de peso, comenzó el martes.
El astronauta Andreas Mogensen instalará una impresora desarrollada por Airbus para la Agencia Espacial Europea. Después, la nave será controlada y seguida desde la Tierra.
Las impresoras 3D basadas en polímeros se han utilizado en la ISS en el pasado, pero la impresión 3D de metales en órbita es una tarea más difícil. La máquina utilizará un tipo de acero inoxidable que suele emplearse para la depuración de aguas y los implantes médicos porque resiste bien la corrosión.
El punto de fusión del metal es de unos 1400 °C, y la impresora funcionará en una caja totalmente sellada. Antes de empezar a funcionar, la impresora libera oxígeno al espacio y sustituye la atmósfera por nitrógeno. De lo contrario, el metal fundido se oxidará bajo la influencia del oxígeno.
Dadas las temperaturas más elevadas que las de una impresora 3D de plástico (que se calienta hasta 200 °C), “hay que garantizar la seguridad de la tripulación y de la propia estación, mientras que las capacidades de mantenimiento son también muy limitadas”, explica Rob Postema, responsable técnico de la ESA. “Si tiene éxito, la resistencia, conductividad y rigidez del metal llevarán el potencial de la impresión 3D espacial a nuevas cotas”.
En diciembre, los astronautas de la ISS encontraron un tomate cultivado aquí hace ocho meses como parte de un experimento y que posteriormente se perdió. Frank Rubio perdió un tomate. Por cierto, el astronauta ya ha abandonado la estación tras completar su misión. Algunos especularon con que Rubio se había comido una verdura sin decírselo a nadie.