Una mujer de Estados Unidos se ha convertido en plusmarquista Guinness tras permanecer atrapada en un ascensor durante una semana.
Kiveli, neoyorquina de 76 años, está acostumbrada a usar ascensores a diario y nunca ha tenido problemas. Sin embargo, el 28 de diciembre, justo después de Navidad, no tuvo suerte.
Ese día, Kiveli fue al supermercado más cercano a comprar comida. De vuelta a casa con las maletas llenas, entró en el ascensor para subir a la tercera planta, a casa.
Pero de repente el ascensor se paró entre la segunda y la tercera planta y se quedó atascado. Así lo informó el Libro Guinness de los Récords.
Kiveli empezó a gritar y a golpear la puerta desesperadamente, con la esperanza de que la rescataran. Sin embargo, su apartamento resultó ser el único de todo el edificio: los demás estaban vacíos.
A pesar de que el edificio estaba situado en una concurrida zona comercial de la calle Aneksartisias, los gritos de Kiveli no fueron escuchados.
La mujer apenas tenía espacio para estar de pie en el minúsculo ascensor. Era imposible dormir o simplemente tumbarse. Durante toda la noche no cerró los ojos, rezando y esperando el amanecer. Cuando llegó la mañana, Kiveli volvió a llamar a la puerta y a pedir ayuda.
Para ahorrar comida y evitar ir al baño, Kiveli no comía casi nada. Sin embargo, al tercer día le entró hambre y se comió unos cuantos tomates de la compra.
Al cuarto día de estar atrapada, Kiveli sintió una insoportable debilidad en las piernas. Al sentarse a descansar un momento, se dio cuenta de repente de que ya no podía mantenerse en pie.
Durante los tres días siguientes, la mujer permaneció sentada en el suelo del ascensor. La operación de rescate comenzó por casualidad gracias a la atención de los familiares. Kiveli dijo a su familia que se iba unos días a Pafos.
Cuando su sobrina llamó para comprobar que había llegado bien, resultó que Kiveli nunca había llegado. La sobrina, preocupada, llamó a los equipos de rescate a su apartamento.
Cuando entraron en el apartamento y empezaron a buscar a Kiveli, de repente oyeron débiles gritos procedentes del hueco del ascensor. La mujer fue liberada inmediatamente de la trampa de hormigón y trasladada al hospital.
