En un río del norte de California se encontró un iPhone 12 que había sobrevivido tres meses bajo el agua y seguía funcionando
Recientemente, un buceador que limpiaba el río Stanislaus, en el norte de California, para preservar la población de salmones, se topó con un iPhone 12. Curiosamente, a pesar de estar tres meses bajo el agua y cubierto de algas, el smartphone consiguió encenderse.
Apple califica el iPhone 12 y los modelos más recientes como IP68 según la norma IEC 60529, que prevé una profundidad máxima de inmersión de 6 metros durante un máximo de 30 minutos. Aunque estos dispositivos no están diseñados para una inmersión prolongada, han demostrado una durabilidad inesperada.
Un hombre llamado Li, que es submarinista, contó a AppleInsider sobre su hallazgo. El 10 de noviembre, encontró un smartphone entre las piedras cubierto por una capa de algas.
Tras limpiar el iPhone 12 de algas, Lee lo dejó secar unos días. El 16 de noviembre pudo encender el aparato conectando el cargador.
El dispositivo no parecía tener contraseña, por lo que Lee pudo ver datos como fotos recientes y contactos. La última entrada de la galería es un vídeo grabado en el río el 4 de septiembre, que muestra la estancia de tres meses del teléfono bajo el agua.
Li aún no ha podido averiguar a quién pertenecía el iPhone encontrado, pero tiene previsto ponerse en contacto con algunos de los contactos que figuran en el teléfono.
Apple solo califica el iPhone 12 y los modelos más recientes como resistentes a salpicaduras o inmersión temporal, pero estos dispositivos pueden soportar mucho más dependiendo de varios factores. Las juntas del iPhone impiden la penetración del agua y la suciedad y, mientras no se dañen, el teléfono no sufrirá daños a largo plazo bajo el agua.
Pueden surgir problemas cuando este material de sellado se daña por caídas, inmersión frecuente o exposición al vapor. Los dispositivos como el de esta historia suelen tener los precintos intactos y aterrizan de forma que se evitan daños duraderos.
Apple no cubre los daños causados por el agua, aunque el dispositivo resista tres meses en un río. Por lo tanto, es mejor evitar sumergir deliberadamente el dispositivo aunque sólo sea un momento, por ejemplo, para hacer fotos o vídeos bajo el agua, ya que es imposible predecir cuándo pueden fallar las juntas.