Los autores de un nuevo estudio han identificado tres factores responsables del llamado apagón etílico, la consecuencia más común del consumo de alcohol cuando una persona experimenta lapsus de memoria.
Un equipo de científicos del Centro Edna Bennett Pierce de Investigación Preventiva y del Departamento de Salud Bioconductual de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) se propuso averiguar si la forma en que se bebe alcohol predice los fallos de memoria inducidos por el alcohol. Informaron de sus hallazgos en un artículo para la revista Alcoholism: Investigación Clínica y Experimental.
El deterioro de la memoria es una consecuencia común del consumo de alcohol: según un estudio de 2022, aproximadamente el 80% de 1.700 estudiantes universitarios declararon al menos un episodio de desmayo. Al mismo tiempo, el bebedor permanece consciente (hasta cierto punto), interactúa con los demás y, por la mañana, no recuerda parcial o totalmente lo ocurrido por la noche.
Además de los periodos de amnesia propiamente dichos, una persona también puede experimentar síntomas de trastornos mentales y de comportamiento en el contexto del consumo de alcohol. Por tanto, comprender las causas de estos fallos de memoria ayudará a prevenir los daños derivados del abuso del alcohol.
Los autores de estudios científicos anteriores han llegado a la conclusión de que la cantidad de alcohol consumida no es el único factor que provoca la pérdida de memoria. Para averiguar otros motivos y no basarse únicamente en los autoinformes de las personas encuestadas, los científicos estadounidenses utilizaron los sensores transdérmicos de concentración de alcohol en la muñeca BACtrack Skyn. Miden biomarcadores de intoxicación en tiempo real.
En el estudio participaron 79 estudiantes de una gran universidad del noreste de Estados Unidos propensos a beber de forma “arriesgada”, con edades comprendidas entre los 18 y los 22 años. Todos rellenaron una breve encuesta de referencia y visitaron el laboratorio, donde se les entregaron unos sensores que debían llevar desde las 5 de la tarde del jueves hasta el domingo por la mañana durante un mes. Los voluntarios también rellenaron cuestionarios cada mañana sobre si habían bebido la noche anterior y si recordaban los acontecimientos de la noche.
El importe de la recompensa para una persona era de hasta 75 $, y también había la oportunidad de ganar una de las ocho tarjetas regalo de 100 $ por participar en el experimento.
Durante el estudio, los investigadores registraron 486 episodios de consumo de alcohol y 147 episodios de amnesia. Más de dos tercios (69,3%) de los estudiantes han sufrido apagones al menos una vez. Para probar la hipótesis, los científicos construyeron modelos logísticos multinivel y estudiaron cómo determinados indicadores de la concentración transdérmica de alcohol -el ritmo y la duración de su crecimiento, así como el pico- se asocian con los lapsus de memoria.
“Nuestra hipótesis se ha confirmado plenamente. Hemos identificado tres biomarcadores del aumento de la intoxicación etílica -la velocidad de su aparición, la duración y el valor máximo- que predicen la probabilidad de desmayo en los estudiantes universitarios que beben. Los resultados apoyan la idea de que la forma en que una persona bebe es importante para predecir el riesgo de lapsus de memoria relacionados con el alcohol”, afirman los científicos.
Por ejemplo, en los días en que los niveles de intoxicación etílica en sangre de los participantes aumentaron rápidamente, el riesgo de lapsus de memoria aumentó 2,69 veces; cuando la concentración máxima de alcohol fue la más alta, 2,93 veces; y cuando los niveles de intoxicación aumentaron durante mucho tiempo (en términos de número de horas de consumo de alcohol), 4,16 veces. Si estaban presentes los tres factores, sólo la duración de la intoxicación mostraba una correlación significativa con el Blackout.
“Para reducir el riesgo de [lapsus de memoria], es importante tener en cuenta cómo consume alcohol una persona, no sólo la cantidad. La tasa de intoxicación, sus valores máximos y el tiempo son importantes para predecir la amnesia alcohólica. Estos predictores son importantes para la prevención”, declararon los científicos.
También destacaron algunas de las limitaciones del estudio: el reducido número de participantes, en su mayoría blancos (86,1%) y mujeres (55,7%); la duración del experimento: un mes, que incluía el día de San Patricio (asociado al consumo de alcohol) y el fin de semana de Pascua (los estudiantes tienden a volver a casa, donde beben menos). Además, los sensores podrían pasar por alto días con un consumo de alcohol menos intenso. Por último, es posible que algunos jóvenes no se dieran cuenta de que no recordaban ciertas cosas durante la entrevista de la mañana, cuando aún no se habían reunido con sus amigos ni habían compartido sus impresiones sobre la fiesta.