Un equipo interdisciplinar de científicos de la Universidad de Drexel ha presentado el hormigón autorreparable. Para ello, el mortero se refuerza con fibras que contienen esporas de bacterias especiales. El desarrollo puede eliminar costosas reparaciones, lo que también reducirá la necesidad de materiales de construcción cuya producción es perjudicial para el medio ambiente.
La humanidad construye y repara sin cesar. El hormigón se ha convertido en el material más popular en este proceso. La producción de cemento y morteros basados en él consume una enorme cantidad de recursos fósiles, lo que contribuye hasta en un 8% a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero. Las estructuras de hormigón autorreparables ahorrarían costes de reparación y reducirían las emisiones nocivas.
Un grupo de físicos, químicos, biólogos, científicos de materiales e ingenieros civiles de la Universidad de Drexel ha encontrado una posible solución al problema. Los científicos conocen desde hace tiempo la existencia de bacterias que mineralizan el carbono extraído del aire, convirtiéndolo en una “piedra”. Si se colocan colonias de estas bacterias en grietas de hormigón, rellenarán las grietas con minerales y cementarán los bordes.
Los investigadores seleccionaron una prometedora cepa de bacterias, Lysinibacillus sphaericus, para esta tarea. La cuestión seguía siendo cómo conservar las bacterias y activarlas sólo cuando aparecieran grietas. Para ello, las esporas bacterianas se colocaron en un hidrogel y se cubrieron con una cubierta polimérica. El resultado fue el refuerzo polimérico más fino, que por sí mismo proporcionó al hormigón una resistencia adicional.
Si se producía una grieta en el hormigón con refuerzo polimérico, al llegar a la fibra, la presión interna liberaba hidrogel y esporas bacterianas. Las esporas se convirtieron en bacterias vivas que se alimentaban de calcio y absorbían carbono del aire, formando a cambio compuestos minerales como el carbonato cálcico. La grieta cicatrizó a una velocidad que promete curar heridas similares en hormigón en uno o dos días.
El material desarrollado por los científicos aún no es apto para su uso comercial, ya que queda mucho trabajo por hacer con él. Sin embargo, la idea es bastante factible y puede acabar fructificando. Las bacterias pueden incluso inocularse sólo en las grietas, sin añadir antes una solución. La reparación se reducirá a un paseo por los edificios con una botella de aerosol en lugar de mezcla, cubos de mortero y cosas por el estilo.