Un estudio revela que las mujeres mayores son las más propensas a difundir noticias falsas en Twitter
Un nuevo estudio ha identificado un pequeño grupo de “superdifusores” de noticias falsas en Twitter: sólo representan el 0,3% de las cuentas de la red social, pero difunden cerca del 80% de los enlaces con desinformación. Cabría esperar que se tratara de jóvenes que utilizan activamente Internet, pero no: resulta que la mayoría de las falsificaciones las difunden personas mayores, y suelen ser mujeres.
El estudio se basó en un panel de más de 650.000 cuentas de Twitter vinculadas al censo electoral en Estados Unidos, utilizando nombres completos e información sobre la ubicación que se relacionó con la demografía media de un determinado distrito electoral. En primer lugar, los investigadores identificaron tuits de usuarios con contenido político mediante aprendizaje automático y, a continuación, comprobaron si sus mensajes contenían enlaces a sitios incluidos en la lista de “fuentes de desinformación persistente”.
Los resultados se publicaron finalmente con algunas advertencias: los investigadores no pueden confirmar si el votante en cuestión tenía pleno control (o ningún control) sobre su cuenta durante la temporada electoral, y no se verificó la exactitud de las historias individuales detrás de los enlaces compartidos.
Además, de este conjunto se identificaron 2107 cuentas (alrededor del 0,3% del total), responsables del 80% de los tuits con enlaces a fuentes de desinformación, los llamados “superpropagadores” de falsificaciones.
En un día normal en Twitter en aquella época, sólo el 7% de las noticias compartidas contenían enlaces a sitios propensos a publicar desinformación. Al final, la mayoría de ellos fueron compartidos por “supercompartidores” por dos razones: en primer lugar, compartían más enlaces de noticias que nadie (16 al día de media) y también eran más propensos a recurrir a fuentes de noticias falsas, que representaban el 18% de sus enlaces.
Los investigadores descubrieron que más del 5% de todas las cuentas seguían al menos a un superinfluenciador, y sus tuits recibían más respuestas, retuits y me gusta que el resto. El análisis también estimó que los superpropagadores representaban alrededor de una cuarta parte de los enlaces a sitios de desinformación a los que accedían sus seguidores típicos. Para más del 10% de sus abonados, eran la única fuente de noticias falsas.
Estos superdistribuidores eran algo más propensos a ser mujeres (60%), y su edad media era de 58 años. Aunque la mayor parte de la desinformación sobre las elecciones se difundió principalmente en círculos republicanos, sólo el 64% de los superpropagandistas eran republicanos registrados (casi el 20% estaban registrados como demócratas).
La mayor parte de la actividad de los supercompartidores fue en forma de retweets: unas tres cuartas partes del contenido.