Misterio resuelto: por fin sabemos por qué brilla la nieve
Comprender las propiedades ópticas de la nieve puede desbloquear avances que van desde la mejora de las técnicas de retirada de nieve hasta la mejora de la seguridad en caso de avalancha. Podrías pensar que la nieve es fácil de describir: es fría, blanca y cubre el paisaje como un manto. ¿Qué más puedes decir al respecto?
Mucho, según Mathieu Nguyen. Acaba de defender su tesis doctoral sobre las propiedades ópticas de la nieve en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) de Gjøvik.
“La nieve refleja todas las longitudes de onda de la luz y puede tener colores muy diferentes según las condiciones y el ángulo con que incida la luz sobre ella. La edad y densidad de la nieve y la contaminación atmosférica también afectan a su aspecto. El aspecto de la nieve es muy complejo”, dice Nguyen.
Analizó más de mil imágenes de nieve. “Este tipo de método puede utilizarse en muchas tecnologías de sensores, que incluyen desde darnos una base mejor para decidir cuándo despejar las carreteras hasta vigilar más de cerca el riesgo de avalanchas en las montañas”.
Paisaje de espejos
Entre otras cosas, Nguyen estudió cómo la nieve absorbe y refleja la luz, y la forma en que el sol hace brillar los cristales de nieve le interesó especialmente. Cree que el bello aspecto de los paisajes invernales puede ser la clave para responder a una serie de preguntas que han intrigado a los investigadores durante muchos años.
Pero antes, ¿qué es exactamente lo que hace que la nieve brille en los días soleados?
“La nieve es una acumulación de cristales de hielo. Cuando las condiciones son perfectas, actúan como pequeños espejos. Si están colocados en el ángulo adecuado, reflejan la luz del sol directamente sobre ti y brillan como “chispas” en el paisaje”, dice Nguyen.
Enorme potencial
Se ha investigado mucho sobre cómo brillan de este modo los distintos metales, pero el brillo de la nieve aún no se conoce bien.
“Si queremos tener coches totalmente autónomos aquí en Noruega, esta tecnología también contribuirá a que los desplazamientos por las carreteras invernales sean más seguros”, dice Nguyen.
Así que Nguyen trató de averiguar cómo estos destellos cambian de contraste y densidad en imágenes de nieve bajo diferentes condiciones. Espera que esto proporcione un método de análisis que permita clasificar distintos tipos de nieve a partir de imágenes. Ahora es imposible.
“Este tipo de método puede utilizarse en muchas tecnologías de sensores, que incluyen desde darnos una mejor base para tomar decisiones sobre cuándo hay que despejar las carreteras hasta vigilar más de cerca el riesgo de avalanchas en las montañas. Si queremos tener coches totalmente autónomos aquí en Noruega, esta tecnología también contribuirá a una conducción más segura en las carreteras invernales”, dice Nguyen.
Necesitamos imágenes de todo el mundo
Hasta ahora, los investigadores sólo han recogido datos de varias localidades del este de Noruega. Los resultados son prometedores y demuestran que el brillo puede utilizarse para clasificar el tamaño de los granos de nieve. Sin embargo, una clasificación más precisa del tipo de nieve requiere una cantidad de datos mucho mayor que con la que han estado trabajando hasta ahora. Preferiblemente con imágenes de todo el mundo.
“Será importante obtener imágenes de otros lugares donde el entorno sea diferente. Será crucial comprender cómo influyen los distintos niveles de contaminación en el aspecto y las propiedades de la nieve”, afirma Nguyen.
Experiencia para el futuro
Además de ser difícil de interpretar a partir de imágenes, hace tiempo que se sabe que la nieve es sorprendentemente difícil de reproducir digitalmente.
“Las imágenes artificiales de nieve que tenemos hoy en día en juegos de ordenador y simulaciones no son mucho mejores que las superficies blancas”, dice Nguyen.
Sus descubrimientos también han dado resultados prometedores en este ámbito. Cree que su trabajo proporcionará a las personas que no tienen acceso a la nieve una buena experiencia invernal, también en el futuro, cuando puede que haya mucha menos nieve.
Según el Instituto Meteorológico Noruego, más de un millón de noruegos vivirán en 2050 en lugares con menos de un mes de invierno. Además, un estudio reciente publicado en la revista Nature confirmó que todo el hemisferio norte se enfrenta a un futuro con menos nieve como consecuencia del cambio climático antropogénico.
“Si queremos enseñar qué es la nieve a alguien que quizá no la haya visto nunca, tenemos que ser capaces de recrearla en toda su complejidad”, dice Nguyen.