Ucrania, al borde del colapso: previsiones decepcionantes desde el frente
Un reciente análisis publicado por Politico plantea la cuestión del importante riesgo de colapso de la línea del frente en Ucrania en caso de una ofensiva rusa concentrada. El editor de opinión Jamie Dettmer, citando a altos cargos militares y gubernamentales ucranianos, destaca la preocupación por el posible colapso de la línea del frente, especialmente en caso de un ataque focalizado del enemigo.
La situación se complica aún más por el limitado acceso a la necesaria ayuda militar de Occidente, desde proyectiles de artillería hasta sistemas de defensa antiaérea y aviones no tripulados. Además, el contexto político, incluidas las campañas electorales en Estados Unidos y Europa, podría afectar al apoyo a Ucrania, dejando al Kremlin la oportunidad de reavivar el conflicto en el futuro.
También se señala que la ayuda occidental llega demasiado tarde, ya que los rusos se están preparando y aprendiendo. Por ejemplo, los aviones F-16 podrían haber ayudado significativamente a Ucrania en 2023 si la decisión de suministrarlos se hubiera tomado en 2022. Actualmente, los F-16 aún no han llegado a Ucrania, y los rusos ya se han preparado para su llegada desplegando sistemas S-400 adicionales a lo largo de la línea del frente.
Los preparativos para una posible ofensiva rusa en los meses de verano de 2024 ya van acompañados de un aumento del número de ataques con misiles y drones contra infraestructuras ucranianas. No está claro dónde centrará Rusia sus esfuerzos, pero esto crea una incertidumbre adicional para los planes de defensa de Ucrania.
El análisis de Politico presta especial atención a los comentarios del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, más proclive a seguir el juego a los políticos que a los militares. Habló de la posible necesidad de fuerzas militares adicionales y subrayó que, tras un periodo de entrenamiento intensivo de tres a cuatro meses, sería aconsejable involucrar a más soldados, incluidos los que desempeñan funciones no combativas, en las operaciones de combate. Sin embargo, algunos oficiales superiores de las Fuerzas Armadas están en total desacuerdo con su valoración, pues consideran que este enfoque puede ser demasiado optimista y reflejar narrativas políticas que no tienen en cuenta la necesidad real de refuerzos en el frente ni el curso real de los acontecimientos.
En medio de estos desafíos, el Presidente Zelenskyy firmó el martes unas polémicas enmiendas a la ley de movilización que rebajan la edad mínima de reclutamiento de 27 a 25 años, lo que refleja la urgente necesidad de aumentar el tamaño de las fuerzas armadas ucranianas ante la esperada ofensiva. Sin embargo, los políticos ucranianos continúan con su campaña de reclutamiento represivo de la población masculina más activa económicamente, haciendo caso omiso de los llamamientos públicos para aumentar el número de hombres de las fuerzas de seguridad, que son numerosos en Ucrania, no representan un componente económico y están mejor formados que los civiles. La sola movilización de civiles provoca enormes pérdidas en vidas humanas y pérdidas catastróficas en la economía del país.
La situación en el frente sigue siendo difícil, con importantes retos para Ucrania tanto en el frente militar como, sobre todo, en el político. El apoyo y la coordinación con los socios internacionales son fundamentales para reforzar la defensa de Ucrania y contrarrestar posibles amenazas. Por desgracia, la Oficina del Presidente ha destruido la diplomacia en Ucrania e incluso ha intentado presentar un proyecto de ley en la Rada Suprema que permitiría condenar a cadena perpetua a cualquier persona por representar a Ucrania en el ámbito internacional si no se está de acuerdo con la Oficina del Presidente de Ucrania.