Zona de máximo peligro: los científicos nombran la región con el récord de rayos caídos
Los investigadores fueron capaces de nombrar los lugares más peligrosos durante una tormenta eléctrica, donde los rayos caen con más frecuencia.
Los relámpagos centellean durante las tormentas al menos 60 veces por segundo en todo el planeta, y a veces pueden verse incluso cerca del Polo Norte. Cada chispa gigante de electricidad atraviesa la atmósfera a una velocidad de más de 320.000 km/h, al mismo tiempo que está más caliente que la superficie del Sol y genera miles de veces más electricidad que el enchufe desde el que cargamos nuestros gadgets. Todo esto junto hace que los rayos sean extremadamente peligrosos, escribe Science Alert.
Los rayos hieren y matan cada año a unas 250.000 personas en todo el mundo, sobre todo en los países desarrollados, donde mucha gente trabaja al aire libre sin refugio durante las tormentas. Las estadísticas muestran que en Estados Unidos, una media de unas 28 personas murieron anualmente por la caída de rayos entre 2003 y 2023.
Sin embargo, las estimaciones sobre el número de rayos que caen en Estados Unidos varían mucho, desde los 15 millones anuales que afirman varios meteorólogos desde los años 90 hasta los 40 millones anuales, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Desgraciadamente, toda esta confusión complica los esfuerzos por ofrecer protección contra los rayos mortales.
En un nuevo estudio, el meteorólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison Chris Wagaski y sus colegas utilizaron datos de la Red Nacional de Detección de Rayos de EE.UU. de los últimos 6 años. El equipo cree que estos datos se han vuelto lo bastante precisos en los últimos años como para mejorar las previsiones, prevenir daños y cartografiar los lugares más peligrosos donde caen rayos mortales.
¿Qué es un rayo?
Un relámpago es un rayo nube-tierra que se produce en menos de 1 segundo y en un radio de 9,6 kilómetros. Cada destello de rayo representa un relámpago y puede alcanzar uno o varios puntos del suelo. Además, puede haber varias pulsaciones en el mismo canal a la vez.
Al mismo tiempo, el rayo en sí es una descarga eléctrica que intenta disipar la electricidad en la nube y, por tanto, si se ha acumulado una gran cantidad de electricidad, pueden producirse muchos rayos.
Los datos de la Red Nacional de Detección de Rayos durante 6 años muestran que en Estados Unidos se producen anualmente una media de 23,4 millones de relámpagos, 55,5 millones de descargas y 36,8 millones de puntos de impacto en tierra.
Dónde caen los rayos con más frecuencia
Los principales ingredientes de una tormenta eléctrica son aire cálido y húmedo cerca del suelo, aire más frío y seco por encima y una forma de elevar el aire cálido y húmedo. De hecho, dondequiera que estén presentes estos ingredientes, pueden producirse rayos.
Las estadísticas muestran que esto ocurre con mayor frecuencia cerca de la costa del Golfo de México, donde las brisas marinas contribuyen a las tormentas en la mayoría de los días de verano. Según Wagaska, el punto más caliente de rayos nube-tierra es Florida, con 120.000 rayos en una sola zona de Florida en 2023.
Al mismo tiempo, el centro y el sur de Estados Unidos no son tan propensos a los rayos, pero allí suele haber más tormentas y rayos que en el norte y el oeste del país. Al mismo tiempo, los datos sugieren que los rayos en el oeste de Estados Unidos pueden ser especialmente destructivos y provocar incendios forestales. Mientras tanto, las aguas más frías del Océano Pacífico tienden a producir un pequeño número de tormentas a lo largo de la costa oeste.
Cómo contar rayos
Para calcular cuántos rayos caen al suelo y dónde se producen, los científicos necesitan poder detectarlos. La Red Nacional de Detección de Rayos, por ejemplo, utiliza antenas situadas estratégicamente para escuchar las ondas de radio creadas por los rayos; la tecnología ha evolucionado hasta el punto de que los científicos pueden detectar ahora al menos el 97% de los rayos.
Sin embargo, el número de rayos varía de un año a otro, en función de las condiciones meteorológicas de los meses de primavera y verano, cuando los rayos son más frecuentes. Wagaski señala que, a pesar de que los científicos han aprendido a detectar los rayos, éstos siguen siendo extremadamente imprevisibles, por lo que será necesario seguir investigando para comprender mejor su naturaleza.